En muchos establecimientos comerciales, es común que al realizar una compra se pida al cliente su código postal. Aunque a simple vista pueda parecer un dato sin importancia, los expertos en ciberseguridad señalan que esta solicitud puede tener implicaciones significativas para la privacidad de los consumidores. Compartir este tipo de información personal puede llevar a recibir publicidad no deseada, spam y ser objeto de estrategias de marketing que se llevan a cabo sin el consentimiento del usuario.
Los especialistas explican que la recopilación del código postal no tiene una base legal que obligue a los consumidores a proporcionarlo para completar la compra. Este dato se utiliza principalmente por las empresas con el fin de analizar patrones de consumo en diferentes regiones, lo que les permite diseñar campañas publicitarias más efectivas o decidir la ubicación de nuevas sucursales. En este sentido, el beneficio de compartir el código postal recae en las empresas, no en el consumidor.
Además, tanto la Agencia Española de Protección de Datos como la Organización de Consumidores y Usuarios han hecho hincapié en que los clientes no están obligados a facilitar su código postal en el punto de venta. Estas organizaciones advierten que el intercambio de datos personales, como nombre y correo electrónico, podría conducir a un aumento de la publicidad no solicitada y a posibles brechas de datos. Desde el ámbito de la ciberseguridad, se aconseja a los consumidores que sean cautelosos y que limiten la información personal que comparten tanto en tiendas físicas como en plataformas digitales, dado que cada dato que proporcionan aumenta el riesgo de recibir mensajes promocionales invasivos.
Si alguna vez te encuentras en la situación de que te soliciten tu código postal al comprar, hay varias estrategias que podrías considerar. Una opción es proporcionar un código postal genérico o inventado, lo cual no debería causar conflictos con el personal de la tienda. También puedes preguntar si es requisito obligatorio, ya que en la mayoría de los casos la transacción puede llevarse a cabo sin esta información. Finalmente, siempre existe la opción de negarse educadamente a compartir datos, explicando que prefieres no proporcionar información personal.
Proteger tu privacidad no se limita a la seguridad de contraseñas o fraudes en línea; también implica ser consciente de la información que compartimos en nuestro día a día. Reducir la cantidad de datos que proporcionamos a las empresas es una estrategia efectiva para evitar publicidad intrusiva y minimizar el riesgo de filtraciones. En tu próxima visita a una tienda, recuerda que no estás obligado a facilitar tu código postal y que la protección de tu información personal es esencial para mantener el control sobre tus datos y evitar usos comerciales no deseados.
