La capitana del FC Barcelona, Alexia Putellas, se presentó como testigo en el juicio contra Luis Rubiales, proporcionando un testimonio conmovedor que resalta el dolor emocional que sufrió Jennifer Hermoso tras el beso no consentido durante la ceremonia de entrega de medallas del Mundial de 2023. Putellas, considerada una de las figuras más destacadas del fútbol español y doble ganadora del Balón de Oro, describió cómo, tras el incidente, Hermoso experimentó un notable deterioro emocional, que se intensificó a lo largo de las horas siguientes.
En su declaración a través de videollamada, Putellas relató una conversación con Hermoso en la que ella misma confesó el incidente: “Me acaba de dar un beso Rubiales”. Inicialmente, Putellas no le dio la relevancia que merecía, pensando que se trataba de un hecho aislado. Sin embargo, la atención mediática y la presión emocional comenzaron a pesar en la salud mental de Hermoso.
Putellas recordó momentos específicos del vuelo de regreso tras la celebración, donde Hermoso mostraba su enfado y agotamiento, expresando su deseo de no hablar más con Rubiales. A medida que se acercaban las celebraciones posteriores al torneo, el estrés de Hermoso se hacía más evidente. “Antes de la rúa lloraba y decía: ‘No puedo más, no sé qué hago aquí’”, mencionó Putellas, haciendo eco del dilema emocional que enfrentaba su compañera al lidiar con el escrutinio público.
La capitana también se pronunció sobre la polémica decisión de excluir a Hermoso de la primera convocatoria del equipo nacional tras la llegada de la nueva seleccionadora, Montse Tomé. Putellas criticó esta medida, presentada como una forma de “proteger” a Hermoso, argumentando que era más bien una injusticia hacia ella: “Privarla de hacer su trabajo era injusto. Ella debería haber estado ahí”. Esta afirmación subraya la necesidad de valorar y cuidar el bienestar de las jugadoras en el contexto deportivo.
El testimonio de Putellas, que es un reflejo de la experiencia de Hermoso, no solo se centra en el caso particular de Rubiales, sino que también revela las dinámicas de poder y presión que enfrentan las mujeres en el deporte. Este juicio podría convertirse en un hito que impulse cambios significativos en la forma en que se protegen y se respetan los derechos de las deportistas en España y más allá.