Colocar visillos en las ventanas puede transformar cualquier habitación, dándole un toque de elegancia y funcionalidad. A pesar de que puede parecer una tarea sencilla, requiere atención a los detalles para lograr un resultado impecable que realce el ambiente del espacio.
Lo primero es seleccionar el visillo adecuado según el estilo de la estancia. En el mercado se pueden encontrar desde tejidos ligeros que permiten el paso de luz hasta aquellos más densos que brindan mayor privacidad. La elección de colores y patrones también es crucial; siempre es recomendable que los tonos complementen la paleta de colores de la habitación para una armonía visual.
Una vez definido el tipo de visillo, es importante medir la ventana de manera precisa. Esto incluye tomar la medida exacta del ancho y alto del área donde se colocarán los visillos y añadir algunos centímetros extra, especialmente si se desea que caigan por debajo del marco de la ventana. Con estas medidas, se debe comprar una barra o riel para cortinas que se ajuste perfectamente al espacio.
La instalación de la barra o riel es un paso crítico. Se deben marcar los puntos de sujeción en la pared, asegurándose de que estén nivelados. Esto se consigue realizando los agujeros con un taladro, insertando los tacos de pared adecuados y, finalmente, colocando la barra de forma firme y segura.
Con la barra instalada, el siguiente paso es colgar los visillos. Dependiendo del tipo y sistema de sujeción del visillo elegido, el procedimiento puede variar. Si tiene anillas o ganchos, simplemente se deslizan por la barra. En el caso de un riel, se utilizan deslizadores para fijar los visillos, asegurando su correcta distribución.
Para terminar, se deben ajustar los visillos para que caigan de manera uniforme y se alineen correctamente, lo que dará un aspecto ordenado y profesional. Un consejo útil es planchar los visillos antes de colgarlos para eliminar posibles arrugas, asegurando así que luzcan lo mejor posible.
La instalación de visillos no solo renueva el ambiente de la habitación, sino que también permite gestionar la entrada de luz natural y la privacidad del espacio. Siguiendo estos pasos, cualquiera puede hacer de sus ventanas un elemento decorativo destacado, mejorando la estética del hogar con un toque personal.