En un sorprendente movimiento que ha capturado la atención tanto de entusiastas de las criptomonedas como de escépticos, Donald Trump, el presidente electo de Estados Unidos, ha lanzado su propia criptomoneda llamada $TRUMP. Este lanzamiento, que se produjo a pocos días de su asunción, ha generado un aluvión de reacciones dentro del ecosistema cripto.
El inicio de $TRUMP fue impulsado por una serie de publicaciones en las redes sociales oficiales de Trump, incluyendo Truth Social y la plataforma X, anteriormente conocida como Twitter. Los mensajes que acompañaron el lanzamiento se centraron en el lema “Fight, Fight, Fight”, el cual sirvió como mantra del token, llevándolo rápidamente a convertirse en una tendencia viral. Sin embargo, la controversia no tardó en surgir cuando algunos usuarios especularon sobre la posibilidad de que las cuentas de Trump hubieran sido hackeadas, en parte debido a un post erróneo que mencionaba incorrectamente a Peggy Schwinn como subsecretaria de Educación.
A pesar de las dudas iniciales, $TRUMP despegó meteóricamente en el mercado, alcanzando una impresionante capitalización de 8.000 millones de dólares en menos de tres horas. El precio del token se disparó más del 300%, pasando de un valor de $0,18 a $7,1, lo que despertó tanto entusiasmo como críticas. El lanzamiento se realizó con una emisión inicial de 200 millones de monedas de un suministro total proyectado de 1.000 millones, aunque el 80% de estos tokens está bajo el control de dos entidades relacionadas con Trump, lo que ha generado cuestionamientos sobre la centralización del poder dentro del proyecto.
Pese a su éxito inicial, $TRUMP ha enfrentado una batería de críticas. En su sitio web oficial, se asegura que el token no tiene fines políticos y no se relaciona con ninguna campaña, pero las dudas sobre su legitimidad y la transparencia del proyecto son palpables. La reciente historia de hackeos a cuentas en X ha alimentado este escepticismo, dejando a muchos preguntándose si la criptomoneda es un intento genuino de innovar o un simple reclamo publicitario.
La trayectoria de Trump, marcada por productos peculiares y controversias, añade una capa de curiosidad a esta nueva iniciativa. Desde relojes extraordinariamente costosos y colonias temáticas hasta lesiones legales con marcas reconocidas, Trump parece haber encontrado en el mundo cripto un nuevo escenario para su estrategia de marketing disruptiva.
En última instancia, el futuro de $TRUMP permanece en la cuerda floja. Algunos lo ven como un movimiento astuto en el ámbito de la marca, mientras que otros advierten sobre los peligros de una posible burbuja especulativa. Sin embargo, lo innegable es que Trump, una vez más, ha logrado atraer el interés y convertirse en el centro de atención, esta vez en el vertiginoso universo de las criptomonedas.
