España se prepara para un cambio radical en sus condiciones climáticas a medida que avanza el invierno. Las temperaturas extremas que marcaron mínimas de hasta -12 ºC están a punto de ser superadas, según ha anunciado la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Desde la semana del 20 al 26 de enero, se anticipa un aumento significativo en el mercurio que abarcará todo el país, transformando el panorama helado que ha predominado en las últimas semanas.
Este aire más cálido estará acompañado de un incremento en la humedad, lo que resulta en un mayor riesgo de precipitaciones, especialmente en la mayoría del territorio español, excepto en el norte más alejado. Las Islas Canarias, que típicamente gozan de un clima más benigno, también se preparan para un aumento en las lluvias. Las regiones que han experimentado el frío más intenso, como Teruel, Barcelona, Girona y Castellón, podrán respirar aliviadas mientras observan el regreso de un clima más favorable.
Sin embargo, el cambio no está exento de complicaciones. La transición de un aire frío y seco a condiciones más suaves y húmedas podría acarrear interrupciones en la movilidad y actividades al aire libre, debido a las lluvias esperadas. A pesar del carácter incierto que pueden presentar las proyecciones meteorológicas, se espera que este clima cálido se mantenga incluso a finales de enero, cuando las temperaturas continuarán por encima de lo habitual, especialmente en el oeste y centro de la Península.
Al mirar hacia el inicio de febrero, la AEMET sugiere que habrá una estabilización en la situación meteorológica, con un predominio de clima cálido y una posible disminución en las precipitaciones a nivel nacional. Sin embargo, el tercio norte del país podría seguir experimentando lluvias por la incidencia de frentes asociados a sistemas de baja presión en zonas más altas.
Este cambio trae consigo dos caras. Por un lado, el fin del frío extremo ofrece un alivio muy esperado para las provincias que han padecido heladas severas. Por otro, el riesgo de lluvias intensas podría conllevar inundaciones locales y la formación de nieblas densas, que representarían un peligro adicional en las carreteras. Ante esta situación, la AEMET enfatiza la importancia de que la ciudadanía se mantenga informada sobre las alertas meteorológicas y adopte las precauciones adecuadas para navegar por las posibles complicaciones en las próximas semanas.