En una reciente emisión del programa matinal de Telecinco, «Vamos a ver», Anabel Pantoja se situó en el centro del debate mediático tras cubrirse desde Canarias las últimas noticias sobre el ingreso hospitalario de su hija. Con Joaquín Prat de vuelta al frente del programa, la jornada se vio marcada por mensajes de apoyo hacia la influencer, aunque también por un acalorado debate sobre la presencia de sus amigos en el hospital.
La discusión se intensificó durante una tertulia de crónica social en la cual Verónica Dulanto y, en particular, Pepe del Real, cuestionaron si las visitas recibidas por Anabel Pantoja y su pareja, David, eran adecuadas dadas las circunstancias. La preocupación residía en discernir si estos gestos resultaban beneficiosos o intrusivos en un momento tan delicado.
Joaquín Prat, firme en su posición, defendió la importancia del apoyo emocional que amigos y familiares pueden ofrecer en momentos de crisis, rebatiendo cualquier sugerencia de que dichas visitas pudieran ser consideradas inoportunas. «¿Quiénes somos nosotros para cuestionar nada?», planteó Prat, enfatizando que la solidaridad incondicional es crucial en tiempos de adversidad.
Este punto de vista encontró eco en Alessandro Lequio, quien desde su experiencia personal, destacó el valor del consuelo emocional. Según Lequio, cualquier gesto de apoyo, por mínimo que sea, debe ser bienvenido durante estos difíciles momentos.
En un intento por aclarar malentendidos, Pepe del Real explicó que su cuestionamiento nunca tuvo como objetivo minar el apoyo brindado por los amigos de Anabel. Reveló que incluso las visitas criticadas, como la de Raquel Bollo, habían sido consentidas por Anabel, enfatizando que algunas de estas presencias tenían como único fin ofrecer apoyo emocional antes de regresar a la península.
La polémica en torno a este debate subraya la complejidad del apoyo emocional en situaciones de crisis familiar, destacando la importancia de la empatía y el respeto hacia las decisiones personales en momentos de gran vulnerabilidad. La postura de Prat sobre la solidaridad incondicional y la posterior clarificación sobre la naturaleza de las visitas reafirman la relevancia de la comprensión y el apoyo emocional entre seres queridos, especialmente durante los periodos más difíciles.