Durante la retransmisión en vivo de la última gala de «Gran Hermano», un acontecimiento inesperado provocó una serie de reacciones encontradas tanto entre el público como en las redes sociales. Ada, quien se presentó como defensora de Maica, una de las concursantes del programa, fue protagonista de un contencioso momento al lanzar acusaciones graves contra Óscar Landa, otro habitante de la casa, sugiriendo que este había amenazado de muerte a Maica.
Las declaraciones de Ada llegaron después de que Óscar Landa y su amigo Ruvens, más conocidos como ‘Ruscar’, atrajeran la atención del público con sus conversaciones nocturnas. Dichas charlas, en las que abordaban temas tan variados como el cine, el arte y la historia, se habían convertido en un elemento distintivo de esta edición de «Gran Hermano». A pesar de su riqueza léxica y el tono generalmente humorístico de sus discusiones, incluyendo las diferencias con otros participantes como Maica y Daniela, Ada interpretó uno de estos intercambios como una amenaza directa hacia Maica.
El comentario de Ada, que afirmaba que Landa había amenazado con «cortarle la cabeza» a Maica, provocó una reacción de incredulidad y humor involuntario por parte del presentador Jorge Javier Vázquez, quien intentó sin éxito ocultar su sorpresa frente a tales acusaciones. En defensa de Landa, su representante aclaró que la supuesta amenaza no era más que una referencia histórica realizada en tono de broma, muy alejada de cualquier insinuación de violencia.
Ante esta situación, Ada se enfrentó a una significativa reacción negativa en las redes sociales, lo que la llevó a retractarse de sus acusaciones y a ofrecer disculpas públicas. Admitió haber cometido un error, explicando que su inexperiencia en televisión y el nerviosismo la llevaron a malinterpretar la situación. Además, recibió una advertencia por parte de Isabel Landa, hermana de Óscar, quien destacó la gravedad de las acusaciones y sugirió la posibilidad de emprender acciones legales.
Este incidente subrayó la importancia de la claridad y la responsabilidad al realizar acusaciones públicas, especialmente en un entorno mediático tan complejo y observado como el de «Gran Hermano». A su vez, puso de relieve las dificultades de convivencia y comunicación que pueden surgir en un espacio compartido por personas con diferentes percepciones y sensibilidades.