En una sorprendente vuelta de acontecimientos que ha sacudido las redes sociales y el ámbito televisivo español, la elección de los presentadores para las campanadas de fin de año en Mediaset España se ha visto envuelta en controversia. Contrario a lo que muchos anticipaban y a los rumores que habían cobrado fuerza en las últimas semanas, el grupo ha optado por un enfoque diferente al esperado, dejando de lado a Los Mozos de Arousa, quienes se habían posicionado como favoritos para competir en este evento significativo contra figuras de la talla de Cristina Pedroche.
Ion Aramendi y Blanca Romero serán los encargados de dar la bienvenida al nuevo año en Telecinco, mientras que Ángeles Blanco y Ricardo Reyes presentarán las campanadas para el público canario. Esta decisión no ha sido bien recibida por Los Mozos de Arousa, un grupo popularizado por su participación en el concurso «Reacción en cadena», quienes esperaban estar al frente de este evento tan emblemático.
La decepción se ha sentido fuertemente entre los miembros del grupo, especialmente en Borjamina, uno de los más activos en redes sociales. Aunque inicialmente sus comentarios sugerían tomar la noticia con humor, rápidamente se tornaron en expresiones de descontento al revelarse que su participación había sido, según sus palabras, «cerrada» previamente.
Informaciones detalladas por el Faro de Vigo amplían la perspectiva de Borjamina, quien expresó su frustración alegando que se había arreglado todo para su aparición en las campanadas, indicando que la decisión de ser excluidos por parte de Mediaset fue un cambio de último momento. Este revés ha generado críticas hacia el grupo audiovisual por lo que consideran una falta de honestidad y respeto.
La controversia se profundiza con el anuncio de que Los Mozos de Arousa dejarán de aparecer regularmente en televisión, con su última participación en «Reacción en cadena» programada para finales de noviembre. Borjamina sugiere que el grupo fue forzado a participar en otros programas del grupo que no despertaban su interés, aumentando su frustración y sensación de manipulación.
A pesar de su alejamiento de los programas diarios, se esperaba que el grupo participase en otros proyectos de Mediaset. Sin embargo, la reacción de Borjamina refleja una profunda desilusión, no solo por la pérdida de la oportunidad de las campanadas, sino por sentirse parte de un sistema que promete más de lo que entrega.
Como medida de consuelo, Borjamina ha decidido continuar con la tradición de repartir uvas en su localidad el 31 de diciembre, una práctica que ha mantenido durante años. Mientras tanto, la polémica ha puesto el foco en las políticas de gestión de talentos de Mediaset y cómo estas decisiones afectan tanto a los involucrados directamente como a la percepción pública del grupo.
Se anticipa con interés la respuesta oficial de Mediaset a estas acusaciones, así como las posibles repercusiones en la dinámica entre el conglomerado televisivo y sus talentos. Este incidente marca un momento de reflexión sobre las praxis en el manejo de figuras públicas y eventos de gran escala dentro de la televisión española, dejando a los seguidores de Los Mozos de Arousa y del panorama
