En pleno centro de Madrid, la calle Arenal alberga un edificio que es un símbolo de la historia y cultura de la capital española: el Teatro Eslava. Este emblemático espacio, hoy transformado en la discoteca Ochoymedio Club, ha sido testigo de más de 150 años de vida cultural y social. Fundado en 1871 por Bonifacio Eslava, sobrino del reconocido compositor Hilarión Eslava, el lugar ha desempeñado múltiples roles a lo largo de su existencia, convirtiéndose en un referente en el entretenimiento español.
A lo largo de sus años de actividad, el Teatro Eslava ha acogido a grandes figuras de la escena artística. Desde la inolvidable actuación de Federico García Lorca, quien aquí hizo su debut en Madrid, hasta actuaciones de iconos internacionales como Michael Jackson y Tina Turner, su escenario se ha convertido en un punto de encuentro para talentos de diversas disciplinas, consolidando su influencia más allá de las fronteras nacionales.
La historia del Teatro Eslava ha sido un constante proceso de transformación. Desde su elegante inauguración como teatro, pasando por su adaptación como sala de fiestas y estudio de televisión, hasta su actual versión como discoteca, el espacio ha sabido reinventarse manteniendo su rica herencia cultural. Después del intentado golpe de Estado en 1981, Pedro Trapote revitalizó el lugar al reabrirlo bajo el nombre de Joy Eslava, convirtiéndolo en un emblemático destino nocturno que atrae tanto a madrileños como a turistas.
Bajo la actual administración del Ochoymedio Club, la esencia del Teatro Eslava sigue viva. Con una programación que abarca géneros pop y alternativos, el club ofrece una vibrante experiencia nocturna, operando cada viernes y sábado de medianoche a seis de la mañana. Este nuevo uso logra unir la magnificencia de su arquitectura histórica con propuestas modernas, creando un ambiente que resulta singular en la noche madrileña.
Visitar el Teatro Eslava es más que explorar un simple espacio; es sumergirse en la rica tapestry de la historia y cultura de Madrid, donde antiguas tradiciones se entrelazan con las nuevas generaciones. Cada rincón de este edificio resuena con recuerdos de grandes espectáculos y noches memorables, asegurando su lugar como un icono vital de la vida nocturna de la ciudad.