lunes, 5 mayo 2025

Los Nuevos Íconos del Éxito: Protagonistas Sobresalientes del Momento

El cambio de hora, un fenómeno que ocurre anualmente, se ha convertido en una tradición para muchas sociedades, aunque no sin generar voces en contra. Este año, la transición al horario de invierno se llevará a cabo entre la noche del 26 y el 27 de octubre, momento en el que los relojes volverán a retrasarse una hora. Esta simple modificación permitirá a los ciudadanos gozar de un tiempo extra de descanso, pues los relojes pasarán de las 3:00 a las 2:00 horas. Sin embargo, esta alteración del reloj tiene un propósito más específico: lograr un ahorro de energía al optimizar el uso de la luz natural.

La implementación de este cambio se ha sostenido desde la crisis del petróleo en los años setenta, buscando siempre una reducción en el consumo eléctrico. No obstante, la relevancia de esta práctica está siendo cada vez más cuestionada en el contexto actual, donde el avance tecnológico y los nuevos paradigmas energéticos plantean dudas sobre su efectividad. Expertos y miembros de la opinión pública han señalado que los beneficios son mínimos cuando se comparan con las dificultades que puede acarrear en los ritmos biológicos de las personas, provocando en algunos casos cansancio y malestar general.

A nivel global, la adopción de este sistema horario es desigual. Actualmente, menos del 40% de los países del mundo llevan a cabo este ajuste. Por ejemplo, naciones de gran tamaño territorial como China optan por mantener un único huso horario, evitando así la confusión que pueden causar los cambios estacionales. En Europa, países como Rusia, Bielorrusia, Turquía, Ucrania e Islandia han decidido abandonar esta práctica. Lo mismo ocurre en Asia con Japón y la mayor parte de China y en Oceanía con Nueva Zelanda y Australia. En América, Estados Unidos realizará su cambio horario de manera selectiva el 4 de noviembre, mientras que apenas unos pocos países de América Central y del Sur lo implementan, incluyendo a Chile y Paraguay.

Aunque en España se anticipa que esta medida se mantendrá hasta, al menos, 2026, el debate al respecto sigue abierto. Las discusiones sobre la eficacia de modificar el horario dos veces al año ponen de relieve un contraste entre costumbres tradicionales y las necesidades actuales de una sociedad que prioriza cada vez más la salud, el bienestar y la eficiencia energética. Con cada cambio de hora, resurgen cuestionamientos sobre la viabilidad de continuar con esta tradición o si es necesario adaptarla a las realidades contemporáneas del siglo XXI.

Silvia Pastor
Silvia Pastor
Soy Silvia una apasionada de los medios de comunicación y especializada en noticias regionales de Castilla-La Mancha, mi región.

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