Cada año, con la llegada del otoño, Catalunya se sumerge en una celebración cargada de sabor y tradición: la Castañada. Esta festividad, que se celebra el 31 de octubre coincidiendo con la víspera de Todos los Santos, es un homenaje a los productos más emblemáticos de la temporada y a costumbres que se mantienen vivas a lo largo de generaciones.
El protagonista indiscutible de la Castañada es la castaña asada. Este fruto, además de su delicioso sabor, esconde beneficios nutricionales que lo convierten en un aliado perfecto para el frío otoñal. Rico en hidratos de carbono complejos y fibra, y con un contenido mínimamente bajo en grasas, favorece la energía sin renunciar a la salud digestiva. Con un aporte significativo de vitaminas del grupo B, potasio y magnesio, es también una opción accesible y saludable para personas con intolerancia al gluten.
Inicialmente, la Castañada tuvo un carácter más solemne, enfocado en el recuerdo de los difuntos. Con el tiempo, ha evolucionado hacia un ambiente más familiar y festivo, resistiendo incluso la influencia creciente de Halloween en la región. Durante estas fechas, el cálido aroma de las castañas asadas impregna las calles, donde «castañeros» ofrecen cucuruchos repletos de esta delicia otoñal.
Pero no todo gira alrededor de las castañas. Los panellets, pequeños dulces hechos de almendra, azúcar y piñones, son otro de los imprescindibles en esta festividad. Estos dulces se presentan en una variedad de sabores que incluyen coco, almendra y chocolate, y se acompañan tradicionalmente con moscatell, un vino dulce propio de la región.
El otoño catalán no solo celebra estas tradiciones, también enriquece la cocina local con otros productos de temporada. Teca Sàbat, un establecimiento conocido por su tradición gastronómica, aprovecha al máximo la riqueza del otoño catalán. Su menú destaca por platos como la cremosa sopa de calabaza o los sabrosos «rovellons de la Cerdanya» salteados. Uno de sus platos estrella es el risotto de ceps, un hongo típico de la región, que se ha convertido en una delicia imprescindible para sus clientes.
Para realzar estos sabores otoñales, Teca Sàbat ofrece una selección de productos gourmet, como el Moscatell Espelt del Empordà o el limoncello artesanal. Complementando la experiencia está el Viva La Vita, un vino tinto que se ha ganado un lugar especial en las mesas durante esta temporada.
Así, el otoño en Catalunya es más que una estación; es una celebración viva de sabores y cultura. La Castañada y las tradiciones culinarias que la acompañan no solo llenan de vida las mesas y calles catalanas, sino que reafirman una rica herencia gastronómica que se prevé perpetuar en el tiempo.