En un encuentro marcado por momentos de tensión, Fernando Grande-Marlaska, el ministro del Interior de España, enfrentó una situación hostil tras su participación en un evento académico en la Universidad de Navarra. El incidente se desató al finalizar las III Jornadas Contar el Terror, centradas en el análisis del terrorismo y su influencia en la sociedad, cuando Grande-Marlaska se disponía a abandonar el recinto universitario.
Un grupo de estudiantes, que inicialmente se congregó en la entrada principal de la Facultad de Comunicación, cambió rápidamente de ubicación hacia una salida lateral al tener conocimiento de que por allí saldría el ministro. Con acciones alteradas, estos jóvenes dirigieron a Grande-Marlaska una serie de insultos y cánticos ofensivos, incluyendo términos despectivos y referencias polémicas, como un cántico asociado a Francisco Javier García Gaztelu, alias «Txapote», exmiembro de ETA, utilizado en contextos de protesta como expresión de descontento hacia figuras públicas.
A pesar de los momentos de confrontación verbal, la Policía logró asegurar una salida rápida y segura para el ministro, quien se subió a su coche oficial sin mayores contratiempos, mientras los estudiantes continuaban en su acto de protesta. Aunque el evento académico transcurrió sin inconvenientes, los insultos a la salida del ministro subrayaron el descontento de algunos segmentos estudiantiles hacia su figura y las políticas que representa.
Este incidente refleja la polarización política que afecta a diversas esferas de la sociedad española, situando a figuras del ámbito público como Grande-Marlaska en el centro de críticas y manifestaciones que expresan desacuerdos de manera vehemente. La rápida dispersión de los estudiantes y la intervención de las autoridades evitaron que la situación escalara, aunque el evento no tardó en generar amplia resonancia tanto en las redes sociales como en los medios de comunicación.
En el fondo, el incidente destaca la continua tensión entre diferentes visiones políticas en España y recalca la importancia de abordar estas diferencias en un marco de respeto mutuo y diálogo constructivo, especialmente en contextos académicos diseñados para fomentar la reflexión y la comprensión de temas complejos como el terrorismo y su legado en la sociedad contemporánea.
