El reconocido dúo humorístico Los Morancos, formado por los hermanos César y Jorge Cadaval, ha sido víctima de una estafa por parte de un falso promotor de eventos que logró engañarlos con una suma cercana a los 9.000 euros. Este incidente, que tuvo lugar en el año 2018, ha resaltado no solo por el monto involucrado sino también por la manera en que el estafador manipuló la confianza y la buena fe de los artistas y otras figuras destacadas del ámbito del espectáculo.
Los Cadaval revelaron en una reciente aparición en el programa TardeAR los pormenores de cómo este supuesto promotor manipuló un contrato para la organización de uno de sus espectáculos, alterándolo para adquirir servicios de viaje a nombre de Los Morancos sin su consentimiento. El costo de estos servicios ascendió a 8.918 euros y nunca fue cubierto por el estafador, dejando a los hermanos en una situación complicada ante los proveedores.
Después de un complejo proceso legal, finalmente la justicia ha respondido al reclamo de Los Morancos. La Audiencia de Sevilla ha confirmado la condena del acusado a 18 meses de prisión tras rechazar su recurso. Sin embargo, pese a la firmeza de la sentencia, el estafador fue declarado insolvente, lo cual ha imposibilitado hasta el momento la recuperación del dinero por parte de los afectados. No obstante, se ha iniciado una orden de busca y captura para asegurar que el condenado cumpla su tiempo en prisión.
Los hermanos Cadaval, a pesar de las dificultades y la frustración que ha supuesto este proceso, se mantienen positivos y con esperanza en que se hará justicia. Confiados en que el estafador finalmente ingresará en prisión debido a otras condenas adicionales que enfrenta, han destacado la importancia de mantener su peculiar sentido del humor intacto ante las adversidades.
Este caso ha causado gran conmoción y ha puesto de manifiesto los riesgos a los que incluso figuras públicas están expuestas en el ámbito profesional, especialmente cuando se trata de transacciones y acuerdos que involucran grandes sumas de dinero y la confianza en terceros. La resolución de este incidente es un recordatorio crítico sobre la necesidad de ejercer una vigilancia y diligencia constante en el mundo del espectáculo y más allá.