La campaña electoral en Estados Unidos ha tomado un giro inesperado con la entrada en escena de la industria del cine para adultos, la cual ha emprendido un esfuerzo publicitario audaz y provocador con el eslogan “Manos fuera de mi porno”. Esta iniciativa apunta a activar el voto joven en favor de Kamala Harris para las presidenciales del 2024, enfocado principalmente en siete estados cruciales donde la competencia es más reñida.
Este movimiento estratégico de la industria surge en un momento clave donde las encuestas muestran un escenario competitivo para Harris contra Donald Trump, especialmente en la captación del voto masculino. La campaña hace eco de la preocupación que causa entre los profesionales del sector las propuestas conservadoras, que ven como una amenaza real a su libertad de expresión y a la continuidad de sus actividades, ante medidas que perciben podrían coartar severamente su trabajo y derechos.
Una de las piedras angulares de la controversia es el Proyecto 2025 de la Heritage Foundation, el cual sin mencionar directamente una prohibición a la pornografía, sugiere regulaciones que son interpretadas por la industria como potencialmente limitantes. A pesar de no buscar la prohibición explícita del contenido para adultos, el proyecto ha encendido un debate sobre los principios conservadores en la regulación de contenido digital y sus implicancias en la libertad de expresión.
La campaña se desplegará en estados estratégicos como Pensilvania, Michigan, Wisconsin y Carolina del Norte, a través de plataformas de contenido para adultos. Apuntando a los votantes masculinos jóvenes, el grupo detrás de la campaña espera que su mensaje no solo genere debate sino que influya de manera significativa en la balanza electoral.
Mientras algunos ven en esta campaña un gesto audaz por defender la libertad de expresión y los derechos de una industria a menudo marginalizada, otros critican la politización de un tema tan delicado como el contenido para adultos. La industria del cine para adultos ha enfrentado numerosos retos a lo largo de los años, y esta campaña representa un capítulo más en su historia de interacciones con el poder político y la sociedad. Con la mira puesta en las elecciones de 2024, queda la incógnita de si esta estrategia logrará galvanizar el apoyo suficiente para influir en los resultados electorales.