En un giro inesperado y preocupante, la tertulia política «Todo es mentira», que se transmite por Cuatro, se vio sacudida por un incidente de violencia dirigido a una de sus colaboradoras habituales, la analista política Pilar Rahola. En lugar de los habituales debates e intercambios de ideas, la emisión del pasado miércoles se centró en condenar y tratar las repercusiones de un ataque sufrido por Rahola.
El incidente ocurrió horas antes de la emisión del programa, específicamente durante la apertura de un centro universitario en La Garriga, Barcelona, donde Rahola fue atacada con pintura roja por individuos presuntamente asociados a un grupo de extrema izquierda vinculado a la CUP. A pesar de los intentos de interrumpir su conferencia, Rahola continuó con su intervención, demostrando su firmeza y rechazo a ser silenciada por la violencia.
Risto Mejide, presentador del programa, expresó su solidaridad hacia Rahola y condenó el ataque, enfatizando la importancia de defender todas las ideas a través del diálogo y el debate en un marco democrático. Las imágenes del incidente fueron difundidas durante el programa, con el consentimiento de Rahola, como una muestra de repudio hacia la intolerancia y un llamamiento a la defensa del libre intercambio de ideas.
La propia Rahola aprovechó para criticar la violencia e intolerancia de los agresores, destacando la contradicción entre sus supuestas reivindicaciones antifascistas y sus acciones. Su experiencia y testimonio invitan a la reflexión sobre el estado de los debates políticos y sociales, marcados muchas veces por la polarización y el rechazo al disenso.
Este incidente no solo afecta a Rahola sino que también lanza una alarma sobre la creciente polarización y los ataques a la libre expresión en el espacio público. La reacción del programa «Todo es mentira» resalta la urgente necesidad de proteger los valores democráticos y el respeto mutuo, pilares fundamentales para el sostenimiento de una sociedad libre y plural.