En un pequeño pueblo de Guipúzcoa, Ezkio-Itsaso, con poco más de 600 habitantes, se ha generado una intensa polémica que trasciende los límites de la comunidad y alcanza dimensiones nacionales, involucrando directamente al Ministerio de Transportes, al Gobierno Vasco y a importantes partidos políticos como el PNV, PSOE y PP. La disputa radica en la elección del recorrido más conveniente para la conexión de Navarra con el País Vasco a través de la red de alta velocidad, una decisión que pone en la balanza consideraciones técnicas, económicas y medioambientales.
Originalmente, se proyectó que el trazado de esta línea de alta velocidad atravesara por Ezkio-Itsaso, donde ya se han destinado cerca de 4,8 millones de euros para la construcción de una estación de AVE, ahora casi completada. Sin embargo, recientemente ha cobrado fuerza una nueva propuesta que sugiere establecer la conexión mediante un enlace a través de Vitoria.
La controversia se intensificó en julio, tras unas declaraciones de Óscar Puente, el actual responsable del Ministerio de Transportes, durante una visita a Pamplona, en las que se insinuaba la posibilidad de que la alternativa de Vitoria era la más viable. Esta postura no es nueva, pues ya había sido insinuada por Íñigo de la Serna, anterior ministro de Fomento, en 2018, pero la situación ha ganado nuevo ímpetu en los últimos tiempos.
Desde la Diputación de Guipúzcoa, una alianza liderada por el PNV y el PSE ha defendido vigorosamente el trazado original por Ezkio-Itsaso, encontrando apoyo en las Juntas Generales de Guipúzcoa. Este apoyo, sin embargo, contrasta con la división de opiniones dentro del PSE y con las preferencias del PNV de Álava y del PP por la opción de Vitoria.
Imanol Pradales, lehendakari del País Vasco, ha expresado su deseo ante el Ministerio de Transportes de que el proyecto de alta velocidad se concrete pronto, sin mostrar una inclinación determinante por alguna de las opciones. El Ministerio, por su parte, aguarda los resultados de un informe técnico para dirimir cuál sería la mejor alternativa, aunque los comentarios preliminares del ministro Puente apuntan a posibles desventajas del trazado por Ezkio-Itsaso, incluyendo retos técnicos y medioambientales significativos, como la construcción de un túnel de 22 kilómetros.
Los análisis más recientes sugieren que el coste y tiempo de construcción serían menores si se opta por el recorrido a través de Vitoria, aunque esta elección podría implicar tiempos de viaje más extensos para los habitantes de Guipúzcoa. Asimismo, de obviarse finalmente la estación de Ezkio-Itsaso, se subrayaría un considerable despilfarro de recursos ya invertidos, además de dejar una infraestructura potencialmente susceptible al vandalismo.
Este enfrascamiento pone en relieve la complejidad de armonizar las demandas locales con las estrategias de planificación a escala regional, en lo que constituye una decisión fundamental no solo para el desarrollo del transporte en el norte de España, sino también para la dinámica política entre las diferentes esferas de gobierno y partidos involucrados. La resolución de este conflicto es esperada con gran anticipación, dado su impacto potencial en la conectividad y en el progreso económico de la región.