En una emisión especial de Telecinco dedicada al caso judicial de Daniel Sancho, donde se vio condenado a cadena perpetua por un tribunal tailandés, se generó un tenso momento televisivo protagonizado por el abogado de Sancho, Marcos García Montes, y los presentadores del programa. Este especial, que buscaba arrojar luz sobre el veredicto y homenajear a la familia de la víctima, se convirtió en escenario de un intercambio cargado entre la defensa y los conductores del espacio.
La discusión se encendió cuando García Montes criticó cómo los presentadores estaban abordando el caso, enfocándose en aclarar el estado legal de Sancho tras la condena. Según el abogado, a pesar de la sentencia, su defendido seguiría siendo considerado como presunto inocente hasta que la decisión fuese firme. «Ahora mismo, sigue usted como preso preventivo, no como condenado», señaló García Montes, marcando una diferencia significativa en la percepción del caso.
La negativa del abogado a permitir que se involucrara a la parte acusatoria en el debate dejó en evidencia el cuidadoso manejo de la defensa, que busca resguardar los detalles estratégicos de su argumentación. García Montes evitó entrar en polémicas que desviaran la atención de los aspectos legales primordiales, una táctica que refleja la sensibilidad y complejidad del caso.
Esta situación resalta no solo las dificultades inherentes al proceso judicial de Daniel Sancho sino también el desafío que enfrentan los medios de comunicación al cubrir casos judiciales de alto perfil. La presencia de García Montes en el programa enfatizó la importancia de manejar con precisión el lenguaje jurídico y la necesidad de adherirse al principio de presunción de inocencia hasta que se dictamine una sentencia final. La interacción entre los presentadores y el abogado subraya el rol crucial de los medios en la formación de la opinión pública sobre la justicia y cómo se narran estos delicados asuntos ante la audiencia.