En pleno barrio de Salamanca, una de las áreas más prestigiosas de Madrid, se halla la residencia de José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, y Teresa Urquijo. Este hogar, donde convergen elegancia y diseño, ofrece una ventana hacia el estilo de vida de una de las parejas más destacadas del ámbito político y social de la capital.
Ubicada en una calle tranquila y arbolada, la casa goza de una discreta pero efectiva seguridad, garantizando la privacidad de sus habitantes. La fachada de la vivienda, con balcones de hierro forjado y amplias ventanas que permiten la entrada de abundante luz natural, fusiona de manera armoniosa tradición y modernidad.
Al entrar, un hall con suelo de mármol pulido recibe a los visitantes. La selección de obras de arte contemporáneo, cuidadosamente elegida por Teresa Urquijo, conocida por su buen gusto y pasión por el diseño de interiores, adorna el espacio. Cada habitación, decorada en tonos neutros y cálidos, emana un ambiente acogedor y sofisticado.
El espacioso salón principal, con ventanales que se abren a un pequeño pero cuidado jardín, destaca por su luminosidad. En este rincón de la casa, sofás de terciopelo, alfombras persas y un piano de cola se conjugan para crear un ambiente de distinción. El salón no solo es un lugar de descanso familiar, sino también el escenario de tertulias y encuentros con figuras prominentes de la política y la cultura.
La cocina, moderna y funcional, cuenta con electrodomésticos de última generación y una isla central que facilita la preparación de comidas. Teresa es conocida por organizar cenas íntimas para amigos, mientras Almeida, entre reuniones, disfruta de sus habilidades culinarias.
En la planta superior se encuentran los dormitorios. La suite principal, con una cama king-size y un vestidor envidiable, es un auténtico oasis de tranquilidad. El baño, equipado con una bañera de hidromasaje y una ducha de efecto lluvia, añade un toque de lujo a este refugio personal.
Además, la casa dispone de una sala de estar adicional que funciona como despacho improvisado para el alcalde. Este espacio le permite trabajar cómodamente desde casa cuando no puede trasladarse al Ayuntamiento.
El equilibrio entre el deber político y la vida familiar se manifiesta claramente en este hogar. La combinación de eficacia en la gestión pública y calidez en el ámbito doméstico, lograda por Almeida y Urquijo, refleja una armonía difícil de alcanzar. Así, esta residencia en Madrid se erige no solo como un lugar de residencia, sino como un símbolo de unión y objetivo compartido entre dos figuras influyentes en la vida pública española.