La preocupación se instala en las zonas rurales de Toledo tras el reporte de una notoria escasez de agentes de la Guardia Civil, un tema de seguridad que ha escalado dramáticamente a la luz de dos asesinatos que conmocionaron a la comunidad este fin de semana. Los trágicos sucesos, que cobraron la vida de una joven de 17 años en Otero y un menor de 11 en Mocejón, han puesto en evidencia las limitaciones actuales en la capacidad de respuesta de la Guardia Civil, con tiempos de respuesta que superaron los 40 minutos en ambos casos.
La asociación Jucil, representante mayoritario de la Guardia Civil, ha hecho un llamado urgente a través de un comunicado donde expresa su profunda preocupación por estos eventos, que consideran revelan la insuficiente cobertura de seguridad para los residentes de las áreas rurales de España. Según detallan, en el caso de Mocejón, a pesar del despliegue de patrullas desde localidades cercanas y del apoyo del Seprona, el perpetrador del asesinato del menor logró eludir la captura y permanece prófugo.
La situación es aún más alarmante en el caso del asesinato en Otero, donde se reportó una discusión considerablemente antes de los disparos sin que ninguna patrulla llegase a tiempo para prevenir el fatal desenlace. Javier Montero, portavoz de Jucil, ha calificado estos tiempos de respuesta de «inaceptables», destacando la crítica desventaja que enfrentan los residentes de áreas rurales frente a situaciones de emergencia por la distancia y la escasez de recursos.
Ante este panorama, Jucil solicita un incremento en el número de guardias civiles y una revisión del modelo operacional vigente para garantizar una respuesta ágil y efectiva a todos los ciudadanos, sin importar su ubicación. Especialmente en la provincia de Toledo, la asociación señala una necesidad de al menos 200 guardias civiles adicionales para cubrir eficazmente la demanda de seguridad, un déficit que se replica en otras áreas de Castilla-La Mancha y que afecta la tranquilidad de numerosas comunidades rurales en España.
Este clamor por una mayor dotación de efectivos y la revisión de estrategias de seguridad rural resalta la imperiosa necesidad de fortalecer los cuerpos de seguridad para proteger adecuadamente la vida y propiedad de los habitantes de regiones vulnerables como Toledo, donde la falta de recursos humanos pone en riesgo constante a sus ciudadanos.