En una reciente emisión del programa «De Viernes», Sofía Suescun captó todas las miradas con su solitaria aparición, contrastando fuertemente con la notoria ausencia de sus colegas de «Supervivientes All Stars» la semana pasada. Esta ocasión fue aprovechada por Suescun para enfatizar sus enfrentamientos, especialmente hacia Marta Peñate y de manera más vehemente contra Olga Moreno, avivando una controversia que aún parece no tener final.
Los presentadores Santi Acosta y Beatriz Archidona hicieron hincapié en las declaraciones previas de Olga Moreno, quien se vio involucrada en un intercambio de palabras con Suescun. Este momento fue crucial para que Suescun reiterara su firme desaprobación hacia Moreno, aseverando una y otra vez su falta de empatía hacia ella mediante palabras que dejaban poco a la interpretación: «Todos hemos visto su pasado. Yo no empatizo con esta persona».
Pese a ser cuestionada sobre el malestar que podría generar hablar de manera tan despectiva hacia alguien, en especial tras sus comentarios en vivo que también involucraron a Rocío Carrasco y desencadenaron una serie de reacciones, Suescun permaneció inquebrantable en su postura, asegurando que criticar a Moreno no le generaba incomodidad alguna.
La actitud de Suescun provocó opiniones divididas en el plató. Ángela Portero mostró su asombro ante el nivel de desdén mostrado por Suescun hacia Moreno, subrayando la aparente ausencia de conflictos personales directos que justificaran tal animadversión. Esta situación llevó a Suescun a defender su punto de vista, apoyándose en impresiones públicas previas y la influencia de discursos mediáticos y documentales como «Rocío, contar la verdad para seguir viva».
Las declaraciones de Suescun no solo evidenciaron la intensidad y la controversia que suelen rodear al mundo del entretenimiento y la televisión reality en España, sino que también abrieron espacio a más debates y reflexiones sobre las complejas relaciones entre las personalidades públicas del país. Este episodio refuerza cómo las percepciones y las narrativas mediáticas pueden influenciar y polarizar las opiniones acerca de las figuras del entretenimiento.