En una reciente y sorprendente vuelta de los acontecimientos, el Partido Popular (PP) en el País Vasco ha levantado serias acusaciones contra EH Bildu, señalándolos por su presunta participación en un evento en Córcega, Francia, que, según ellos, tenía tintes de «reivindicación terrorista». Según Carmelo Barrio, Diputado del PP por Álava, el acto contó con la asistencia de figuras importantes de Bildu, incluida Elena Beloki, exdirigente de ETA, rodeados de lo que Barrio describió como «terroristas armados».
La acusación se centró también en la presencia de Mathilde Hary, representante de EH Bildu en el País Vasco francés, y de Lluis Llach, perteneciente a la organización catalana ANC, en el evento, que al parecer se encuentra bajo la lupa de los tribunales antiterroristas en París. El Partido Popular ha expresado su repudio por medio de las redes sociales, definiendo la participación de Bildu en dicho evento como una acción de apoyo al terrorismo.
En un fuerte contrapunto, el Partido Popular ha criticado no solo a Bildu, sino también al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) por lo que considera es un respaldo implícito a través de la política de «albergue» a estas prácticas. La portavoz de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, ha sido señalada por las recientes felicitaciones extendidas a los compañeros de EH Bai en Francia, comentarios que, según Barrio, solo sirven para avalar su argumento de que Bildu no se distancia de acciones violentas.
Estas acusaciones llegan en un momento de especial fragilidad y tensión en el ámbito político español, marcado por agudas divisiones y la conformación de alianzas en las comunidades autónomas. Tanto la gravedad de la imputación de complicidad con el terrorismo como las potenciales consecuencias legales y políticas prometen mantener este tema en el centro del debate público.
El Partido Popular ha pedido una profunda investigación del evento y ha llamado a la atención internacional sobre las acciones de EH Bildu, mientras que desde Bildu rechazan cualquier relación con el terrorismo y acusan al PP de utilizar tácticas difamatorias con fines políticos. Este episodio resalta una vez más las profundas divisiones y el ambiente tenso que caracteriza la política española actual, poniendo de manifiesto los retos en el tratamiento de cuestiones de soberanía y las acusaciones de terrorismo. La evolución de esta compleja situación será, sin duda, seguida con detenimiento tanto en España como en el escenario internacional.