En un giro hacia la discreción y elegancia sofisticada, el lujo está siendo reinventado. Mientras muchas veces el lujo se ha asociado con la grandilocuencia y la ostentación, una propiedad valuada en 16,8 millones de euros emplazada en la costa mediterránea viene a ilustrar una corriente emergente que busca redefinir qué significa vivir lujosamente.
Esta casa, diseñada por un arquitecto de renombre, es la encarnación del minimalismo y el lujo silencioso. Con una estética que se centra en la simplicidad y la funcionalidad, esta propiedad destaca por su diseño de líneas puras, espacios abiertos y una paleta de colores neutros que promueven la calma y la serenidad. A simple vista, su fachada no delata la opulencia de su interior, siendo un claro ejemplo de un lujo que prefiere no ser inmediatamente evidente.
Priorizando materiales naturales como la piedra caliza, la madera de roble y el cristal templado, la residencia logra una armonía perfecta con su entorno, evitando los adornos excesivamente lujosos en favor de la calidad y la integridad de los materiales. Esta filosofía se extiende a sus interiores, donde encontramos cinco dormitorios con baños en suite, incluyendo una master suite con vistas panorámicas al mar, baños que asemejan spas personales y áreas comunes diseñadas para la convivencia y el confort, libres de cualquier superfluidad.
La sintonía de la casa con su entorno se completa con un espléndido jardín, que maneja un equilibrio entre áreas manicuradas y vegetación autóctona, ofreciendo un oasis de paz frente al bullicio urbano. La piscina de borde infinito, al integrarse visualmente con el mar, refuerza la sensación de infinitud e inmersión en la naturaleza.
Esta vivienda de 16,8 millones de euros es más que un espacio habitacional; es un manifiesto de una nueva forma de concebir el lujo, donde lo valioso no radica en la visibilidad del estatus, sino en la calidad, la discreción y la búsqueda de una belleza y confort que radican en la simplicidad y el respeto por los materiales y el entorno. En esta era donde lo ostentoso ha dominado, esta propiedad emerge como un símbolo de lo que podría ser la nueva definición de vivir lujosamente.