Netflix ha emergido como un gigante en el mundo del streaming, especialmente en España, donde ha capturado el interés de la audiencia no solo con contenido internacional, sino también con producciones locales que han resonado a nivel mundial. Entre estas, destaca una miniserie española que ha conquistado a críticos y espectadores por igual, gracias a su interesante trama que permite ser disfrutada en una sola tarde dada su extensión de tan solo 8 episodios.
La serie en cuestión, «Si lo hubiera sabido», bajo la dirección de Liliana Bocanegra y Alejandro Bazzano, y protagonizada por Megan Montaner y Miquel Fernández, narra la inquietante historia de Emma, quien tras sufrir un declive en su relación matrimonial de una década con Nando, anhela un futuro diferente. La trama toma un giro inesperado cuando, después de un accidente relacionado con un eclipse, Emma se encuentra atrapada en su cuerpo de 20 años, pero con su mente de 30. Esta peculiar situación le brinda una segunda oportunidad para revisitar y, tal vez, reescribir su historia de amor, dejando la puerta abierta a un sinfín de posibilidades.
Sin embargo, el camino hacia el estreno de esta miniserie no estuvo exento de obstáculos. Planificada inicialmente para grabarse en gran parte en Turquía, el proyecto enfrentó la resistencia del país al incluir un personaje homosexual en su trama, una decisión que finalmente llevó a la producción a abandonar Turquía y trasladarse a España. Esta decisión subraya una discrepancia cultural significativa en cuanto a la inclusión de personajes LGBT en las narrativas audiovisuales, una temática sobre la cual Megan Montaner expresó su consternación por la falta de libertad creativa en algunos países, a diferencia de España donde la diversidad y la inclusión son valoradas y respetadas en el ámbito cinematográfico. Miquel Fernández, por su parte, mostró su apoyo a la guionista turca Ece Yörenç, cuya visión para la serie permaneció intacta a pesar de los desafíos.
«Si lo hubiera sabido» se erige, por lo tanto, no solo como un triunfo artístico dentro de la plataforma de Netflix, sino también como un símbolo de resistencia contra la censura y un robusto apoyo a la inclusión y diversidad. Su éxito no solo se mide por la aceptación del público y la crítica sino también por su papel en fomentar un diálogo necesario sobre los derechos y la representación LGBT en la industria del entretenimiento a nivel global.