En la localidad de Calzada de Calatrava, en la provincia de Ciudad Real, se lleva a cabo una tradición singular durante la Semana Santa conocida como el Pecado Mortal. Esta costumbre antigua consiste en que varias parejas de mujeres salen a recorrer las calles con campanillas y cestillos para recolectar limosnas de los vecinos.
Según la creencia popular, esta tradición tiene sus orígenes en las antiguas ordenanzas de la Hermandad del Santísimo Cristo Salvador del Mundo, que datan de 1761. Sin embargo, la leyenda local cuenta la historia de un espíritu de una joven que murió en pecado mortal y se aparecía cada Miércoles de Ceniza con una campanilla.
El Pecado Mortal se convierte en una parte fundamental de la Semana Santa calzadeña, junto con otro elemento característico y único: la Bocina. Este instrumento, un tubo de madera de 2,5 metros de longitud, se remonta a los tiempos del mundo romano y se utiliza para invitar a la oración interior durante la Cuaresma y otras festividades religiosas.
La Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno es la encargada de custodiar la Bocina y de procesionar con ella en diferentes momentos de la Semana Santa, como el Vía Crucis del Miércoles Santo y la procesión del Santo Entierro de Viernes Santo.
La Bocina, que fue elaborada de manera artesanal en el siglo XX, es un símbolo de tradición y devoción en Calzada de Calatrava. Los miembros de la Hermandad se esfuerzan por mantener viva esta centenaria tradición y transmitir su conocimiento a las nuevas generaciones a través de una escuela dedicada a enseñar a tocarla con pasión y delicadeza.
La combinación del Pecado Mortal y la Bocina dan a la Semana Santa de Calzada de Calatrava una identidad única y especial, que atrae a visitantes y turistas a vivir esta celebración religiosa de forma distinta y auténtica.