La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Castilla-La Mancha ha informado que la campaña de la vendimia ha terminado con resultados desalentadores. Se ha registrado una disminución del 20 al 30 por ciento en la producción de uva, con una cifra final de alrededor de 2.500 millones de kilos, inferior a las previsiones iniciales de 2.900 millones de kilos.
A pesar de esta reducción en la producción, los técnicos de la organización informan que no se han detectado enfermedades notables en las plantas, lo que ha resultado en una cosecha de alta calidad. Sin embargo, el presidente de ASAJA en la región ha señalado que las explotaciones no han logrado ser rentables debido al aumento de los costos de producción y los bajos precios. Según él, los viticultores se encuentran al límite.
El presidente de Asaja ha pedido la implementación de un plan estratégico para el sector vitivinícola de Castilla-La Mancha, que contemple medidas estructurales para adaptar el modelo productivo a la demanda. También ha resaltado la necesidad de aplicar la Ley de la Viña y el Vino, así como la Ley de la Cadena Alimentaria, con el fin de impulsar el sector y garantizar su futuro.
En relación a la campaña de vendimia, las estimaciones de producción han ido disminuyendo a medida que avanzaba el tiempo. El calor experimentado en los meses de agosto y septiembre ha afectado negativamente a las plantaciones de uva, especialmente los tintos y varietales. Las pérdidas han sido desiguales según la zona, con algunas parcelas manteniendo una producción similar al año pasado y otras sufriendo una reducción significativa.
La provincia de Albacete ha sido la más afectada, con una reducción del 50 por ciento en la producción debido a la sequía y las condiciones climáticas adversas. En Ciudad Real, las altas temperaturas y las heladas de abril han causado disminuciones del 20 al 30 por ciento en los vinos blancos y del 40 al 50 por ciento en los varietales y tintos.
En cuanto a Cuenca, a pesar de las lluvias que retrasaron la recolección, se ha observado una reducción del 30 al 50 por ciento en la producción, dependiendo de la zona y las variedades de uva. En Guadalajara, se espera una producción ligeramente superior al año pasado en cantidad y calidad.
Por último, en Toledo, la producción en la comarca de Méntrida se estima similar al año anterior, mientras que en La Mancha ha habido una disminución del 25 al 35 por ciento. Además de la sequía, muchas viñas fueron afectadas por la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que ocurrió hace un mes, lo que tuvo un impacto grave en la cosecha.
En cuanto a la comercialización, los precios pagados por la uva han sido más bajos que el año pasado, a pesar del aumento de los costos de producción. Los vinos tintos han enfrentado dificultades y han obtenido precios aún más bajos, mientras que los blancos y los mostos han experimentado una tendencia al alza en la demanda.
En resumen, la campaña de la vendimia en Castilla-La Mancha ha resultado en una disminución significativa en la producción de uva y en la rentabilidad de las explotaciones vitivinícolas. Es necesario implementar medidas estructurales y promover el cumplimiento de las leyes para garantizar un futuro sostenible para el sector.