Hoy se cumplen 20 años de uno de los accidentes más trágicos en la industria petroquímica española. El 14 de agosto de 2003, una explosión en una unidad del FCC del complejo petroquímico de Repsol Petróleo en Puertollano costó la vida a 9 personas. Estas personas eran trabajadores de empresas auxiliares de mantenimiento mecánico y de construcción.
El accidente generó un gran pánico en la zona, debido a la magnitud del incendio y la propagación del fuego hacia los cubetos de los tanques y la cercanía de las esferas de propano y butano. La población se vio afectada por el temor a que la situación se agravara y se produjera una catástrofe aún mayor.
La Comisión de Investigación sobre el accidente concluyó con una manifestación de los sindicatos CCOO y UGT, que mostraron su desacuerdo con las conclusiones de la empresa. Estos sindicatos argumentaron que los accidentes ocurren debido a la acumulación de diversas causas y que la decisión de la jefatura sobre la actividad en la planta fue determinante para la cadena de eventos que condujeron a la explosión.
La Consejería de Industria y Trabajo también coincidió con las posiciones sindicales y sancionó severamente a la compañía petrolera. El accidente tuvo una gran repercusión mediática y se formaron comisiones de trabajo para abordar la seguridad de los trabajadores de contratas y subcontratas, así como para adoptar medidas complementarias que prioricen la vida y salud de las personas por encima de los intereses económicos.
Este trágico accidente provocó una revisión profunda sobre la prevención de riesgos laborales y la coordinación de la actividad preventiva en las grandes empresas. Se buscó mejorar la seguridad de los trabajadores de las compañías principales, así como la de las contratas y subcontratas.
Desde entonces, se ha luchado por un cambio de actitud y mayor atención en la prevención de riesgos laborales en las empresas. No se pueden tolerar incumplimientos ni negacionistas que minimicen la importancia de los planes de seguridad y salud laboral. El bienestar y la vida de los trabajadores deben ser prioritarios sobre los intereses productivos y económicos de las empresas.
En la provincia de Ciudad Real, se producen diariamente 14 accidentes laborales con baja médica. Cada uno de estos accidentes podría haberse evitado con medidas preventivas adecuadas. Los trabajadores merecen acudir a su puesto de trabajo sin temor a perder su vida o sufrir daños invalidantes. La lucha por la salud laboral es constante y requiere hacer cumplir la legislación vigente y las medidas acordadas.
La única manera de garantizar entornos laborales seguros es que se cumpla rigurosamente la legislación preventiva y que la Inspección de Trabajo haga cumplir estos principios. Las empresas son responsables de la prevención y deben proteger a sus trabajadores. Las organizaciones patronales también deben garantizar el cumplimiento de la legislación preventiva por parte de sus empresas asociadas.
Veinte años después de la tragedia de Repsol-Puertollano, se mantiene viva la memoria de los nueve compañeros fallecidos. Cada año se realiza un sencillo homenaje para recordarlos y para reivindicar que se mantenga el compromiso con la prevención de riesgos laborales en todas las empresas de la provincia. Trabajamos para vivir, no vivimos para trabajar.
Fuente: Diario de Castilla-la Mancha