La confianza de los ciudadanos españoles en sus instituciones públicas en 2023 presenta un panorama mixto, con notables variaciones dependiendo de la institución en cuestión. Un estudio reciente reveló que solo el 37% de la población en España posee una confianza alta o moderadamente alta en el gobierno central, cifra que se encuentra ligeramente por debajo del promedio de la OCDE, establecido en un 39%. A pesar de esto, la población muestra una mayor confianza hacia la policía, alcanzando un 61%, y hacia otros ciudadanos, con un 59%. Esta distribución de confianza refleja un patrón similar observado en otros países miembros de la OCDE.
Por otro lado, la confianza en el sistema judicial se encuentra en un término medio, siendo respaldado por el 45% de los españoles, lo que aún así lo coloca por encima del gobierno central en la escala de confianza. No obstante, tanto los medios de comunicación como el parlamento nacional reciben la aprobación de un mero 34% de la población, frente a la mayor credibilidad otorgada a la policía y a las interacciones interpersonales.
Los partidos políticos emergen como las instituciones peor valoradas, reflejo de un descontento que ayuda a explicar la actitud general crítica hacia las instituciones nacionales. La representación visual de estos datos ilustra claramente el espectro de confianza de la población española hacia las diversas instituciones en 2023, comparándolas con el promedio de la OCDE.
La percepción de la confianza del público varía mínimamente entre diferentes grupos demográficos en España, incluyendo género, edad y nivel educativo, siendo estas diferencias menos pronunciadas que en otros países de la OCDE. Sin embargo, aquellos que perciben que el sistema político no les permite tener una voz adecuada, muestran un nivel de confianza significativamente menor en el gobierno, lo que destaca una desconexión preocupante entre los ciudadanos y sus representantes políticos.
En lo que respecta a la satisfacción con los servicios públicos, el sistema de salud goza de una percepción relativamente alta, con un 58% de satisfacción, rebasando el promedio de la OCDE del 52%. Sin embargo, la satisfacción con los servicios administrativos usados se encuentra ligeramente debajo del estándar, con un 57% de satisfacción, un 9% menos que el promedio de la OCDE.
La confianza del público español en las decisiones complejas del gobierno también presenta sus desafíos, sobre todo en lo referente a la protección de la vida en situaciones de emergencia y la integridad gubernamental. Menos de la mitad de la población, específicamente el 49%, confía en que el gobierno puede proteger la vida en emergencias, situación similar a la percepción de la integrididad gubernamental, donde solo el 38% cree que los políticos actuarían desinteresadamente frente a ofertas de trabajos bien remunerados. Además, la confianza en el gobierno para rechazar solicitudes de corporaciones que puedan perjudicar el interés público es aún menor, con solo el 27% de la población mostrando confianza.
Este panorama resalta una serie de áreas donde la confianza público-institucional en España podría beneficiarse de mejoras significativas, al tiempo que subraya las diferencias y similitudes con el resto de los países miembros de la OCDE.