En una controvertida visita a Madrid, Javier Milei, el flamante presidente de Argentina, ha sido protagonista de un evento que ha suscitado numerosas críticas y generado divisiones políticas. La ceremonia, conducida por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha desatado polémicas alrededor de ambos líderes y sus manifiestas posturas contra el gobierno español actual. Durante su estancia, Milei fue agraciado con la Medalla Internacional de la Comunidad de Madrid, un honor que ha intensificado el debate político.
El evento, que tuvo lugar en la sede de la Comunidad de Madrid, atrajo a una conglomeración de medios de comunicación, sumando más de 70 representantes de distintos sectores de la prensa, tanto nacional como internacional. La exclusión de un segmento de preguntas por parte de los organizadores fue motivo de especulación, alimentando conversaciones sobre la transparencia y verdadera intención de este acto. Un aspecto destacado de la ceremonia fue la participación de Milei en el libro de honor y un saludo compartido desde el balcón de la sede, manifestando una conexión evidente entre él y Ayuso.
A lo largo de sus discursos, tanto Ayuso como Milei se mantuvieron en un registro retórico más moderado de lo acostumbrado. Evitando mencionar explícitamente al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, Ayuso se enfocó en denunciar lo que considera las fallas del gobierno de coalición, denunciándolas como “proyectos totalitarios”. En la misma línea, Milei no dejó pasar la ocasión para remarcar su crítica hacia las políticas socialistas, calificándolas de “profundamente injustas y violentas”.
La visita de Milei también sirvió de plataforma para lanzar críticas indirectas hacia el entorno de Sánchez, incluyendo una alusión a la corrupción. Estas declaraciones siguen a comentarios previos donde Milei había calificado de “corrupta” a la esposa del presidente español, sumando tensión a la ya cargada atmósfera. Ayuso, por su parte, respaldó los pronunciamientos de Milei, calificándolo de valiente y refrescante en el panorama político actual, un respaldo que ha causado malestar en ciertos sectores del gobierno español.
Desde el gobierno, la recepción a estos acontecimientos ha sido abiertamente crítica. La ministra portavoz Pilar Alegría calificó la conducta de Ayuso de “deslealtad” y una clara “falta de patriotismo”, enfatizando en la inmediatez con la que se concedió la medalla a Milei, quien ha sido acusado de no respetar a España ni a sus instituciones. Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, también señaló su disconformidad, indicando que el evento infringió la ley de Acción y del Servicio Exterior del Estado al no haberse comunicado adecuadamente con la sede del gobierno en Moncloa, subrayando este desacato al protocolo como uno de los aspectos más criticados de la visita.
