En una notable incursión televisiva que ha sorprendido a muchos, Irene Montero se estrenó en el reconocido programa «Todo es mentira» conducido por Risto Mejide en la cadena Cuatro, el pasado lunes 18 de noviembre. Esta aparición marca un distanciamiento temporal de los escenarios políticos habituales para Montero, donde el debate y la legislación son el pan de cada día. Su llegada al programa, que sigue al adiós de José Luis Ábalos, no tardó en generar controversias y discusiones.
Uno de los momentos más comentados de su debut fue cuando Montero, defensora del lenguaje inclusivo, solicitó a Mejide comprometerse a utilizar la palabra «todes» como saludo cada vez que ella estuviera en el programa. “¿Te puedo pedir una cosa? Quiero que te comprometas a decir ‘todes’, todos los días que yo venga, pero en serio. La siguiente, sin broma machirula», manifestó Montero con una actitud que parecía buscar el entendimiento más que el conflicto. No obstante, Mejide, quien no suele dejar de expresar sus opiniones directas y firmes, respondió marcando su preferencia por las recomendaciones de la Real Academia Española, la cual sostiene que el término «todos» es inclusivo.
Además, Montero reveló que su participación en el programa no supone ninguna compensación económica. “Vengo aquí sin cobrar, lo hago para que se escuche la voz de Podemos», afirmó, generando una acogida positiva por parte de Mejide, quien expresó su gratitud por contar con colaboradores que participan de manera altruista.
La exministra de Igualdad no evadió abordar cuestiones polémicas relacionadas con su trayectoria política, desde la discutida ley del ‘solo sí es sí’ hasta su actual relación con Yolanda Díaz, líder de Sumar, sobre la cual confesó que «No nos hablamos en absoluto».
La presencia de Irene Montero promete una temporada del programa donde los mundos del entretenimiento y la política se cruzan de manera sorprendente, incentivando el debate y la reflexión entre los espectadores. Su participación no solo aporta una nueva dimensión a «Todo es mentira» sino que también destaca cómo espacios públicos distintos, como el político y el mediático, están cada vez más interconectados, buscando acercar el debate político a un público más amplio y variado.
