En una reciente intervención ante el Parlamento Europeo, el eurodiputado español Alvise Pérez abordó apasionadamente el tema de la libertad de expresión y el impacto de las nuevas normativas europeas sobre este derecho fundamental. Representante del partido Se Acabó la Fiesta (SALF), Pérez es conocido por sus posturas controvertidas y no dejó pasar la oportunidad de criticar duramente la Ley de Servicios Digitales de la Unión Europea, a la que considera una amenaza para la independencia de las plataformas digitales y la libertad de expresión.
El eurodiputado cuestionó la imparcialidad de los organismos reguladores y lanzó preguntas provocadoras sobre el sistema de vigilancia y censura que, según él, promulga la ley. «¿Qué sucede si en el futuro la desinformación proviene de la propia Comisión Europea?», preguntó Pérez, sugiriendo la posibilidad de un control de la narrativa por parte de instituciones oficiales.
Durante su intervención, Pérez no se limitó a críticas generales; también mencionó casos recientes que, en su opinión, ilustran los riesgos que enfrentan la libertad de expresión y la autonomía de las redes sociales. Un ejemplo fue el arresto de Pavel Durov, fundador de Telegram, en Francia, noticia que sorprendió a muchos dado que el arresto estaba supuestamente relacionado con la independencia de su negocio. Asimismo, mencionó las amenazas dirigidas a Elon Musk por parte de la Comisión Europea tras su adquisición de X (anteriormente Twitter), sugiriendo que las autoridades europeas están presionando por un control indebido sobre las plataformas digitales.
Pérez expresó una profunda preocupación por la Ley de Servicios Digitales, argumentando que esta podría restringir severamente la libertad de expresión al permitir la censura de información bajo el pretexto de combatir la desinformación. «El verdadero peligro proviene de quienes controlan la narrativa oficial», afirmó, señalando cómo medios de comunicación oficiales ya han distorsionado información.
El discurso del eurodiputado Pérez se volvió viral, generando reacciones divididas en las redes sociales. Sus seguidores elogiaron su defensa de la libertad de expresión, mientras que sus críticos lo acusaron de exagerar los riesgos asociados a la ley europea. A pesar de las críticas, Pérez se mantuvo firme en su compromiso de luchar contra cualquier intento, por parte de las instituciones europeas, de controlar el discurso público.
La posición de Pérez refuerza su imagen como un defensor de los derechos digitales y la libertad de expresión, y su intervención subraya el debate en curso sobre el equilibrio entre regulación, control de la desinformación, y la protección de la libertad de expresión en el ámbito digital.
