El lunes pasado, Barcelona se llenó de una profunda tristeza con la noticia del fallecimiento de Angelina Torres, quien a los 112 años había dejado una huella imborrable en quienes la conocieron. Residía cerca de la icónica Sagrada Familia, un lugar que resonaba con su esencia y su conexión con la vida. Angelina enfrentó guerras y muchos desafíos, manteniendo siempre una sonrisa y una mente lucida. Aunque fue atendida por un equipo médico de urgencias, un fallo multiorgánico se la llevó, dejando tras de sí un legado de longevidad y esperanza.
El aspecto más notable de su vida fue su capacidad para conservar sus facultades mentales hasta el final. En una evaluación realizada hace un par de años, se destacó su actitud positiva y contagiosa. Angelina solía compartir que su secreto para una vida plena radicaba en ayudar a los demás y mantener una dieta saludable, así como entregarse al descanso sin remordimientos. Su historia de lucha y superación la convirtió en un símbolo de resistencia, habiendo sobrevivido a dos guerras mundiales y a la Guerra Civil Española.
En paralelo, otra mujer de 112 años se ha convertido en un referente en España: Teresa Fernández Casado, originaria de León. Madre de nueve hijos, su vibrante espíritu ha sido capturado en videos que la han llevado a ser un símbolo de esperanza. La combinación de amor familiar y hábitos saludables ha permitido que Teresa lleve una vida activa y feliz. Entre sus secretos se encuentran una alimentación equilibrada y una pasión por el canto y el baile, reflejando su fortaleza interna en la frase que a menudo recita: “Detente nube, detente tú, que Dios puede más que tú”.
A los 101 años, Teresa enfrentó un desafío médico significativo cuando sufrió una obstrucción en una arteria coronaria. La intervención que le salvaría la vida destaca que la edad no es un impedimento para buscar la salud. Este hecho subraya la importancia de la medicina preventiva y el cuidado proactivo para lograr una vejez activa y saludable.
En Europa, España se distingue por tener la mayor esperanza de vida, con alrededor de 20,000 centenarios en su territorio. Este fenómeno demográfico plantea la necesidad de un enfoque consciente del envejecimiento. Expertos como el doctor de la Peña afirman que la edad debería ser vista como una oportunidad para vivir con pasión. Su libro, «Guía para vivir sanos 120 años», se ha convertido en un recurso para quienes buscan mantener una vida plena en la vejez.
Además de Angelina y Teresa, personas como Sor Rosario Soto y la enfermera Carme Noguera, ambas de 111 años, y Engraciano González Barroso, de 110, subrayan que la longevidad es un fenómeno en expansión, caracterizado por un espíritu resiliente y hábitos saludables.
Las historias de Angelina y Teresa nos llevan a reflexionar sobre la atención que prestamos a nuestro cuerpo y mente, así como a la actitud que adoptamos ante la vida. Representan ejemplos de que el amor, la salud y la perseverancia pueden contribuir a una larga vida. Así, nos inspiran a vivir con un propósito renovado, alegría y esperanza, recordándonos que cada día es una oportunidad para continuar disfrutando del maravilloso regalo de la existencia.


